¿De qué depende la supervivencia de uno mismo? ¿En qué consiste la equidad? ¿Somos conscientes de a qué nivel hablamos el lenguaje de la contabilidad? Los interrogantes asustan, se nos acumulan, y mientras tanto el capitalismo nos guarda en un monedero. En él se experimentan diferentes grados de comodidad, pero siempre permite a su dueño llegar a una temible conclusión: cualquier cosa es tasable, incluida la trascendencia.
El horror más global se instala en la pecera para avergonzar y avergonzarnos, pues el DINERO es nuestro tema hoy: ¡Sálvense del asco con nosotros, pececicos! ¡Que la cartera no gobierne nuestras vidas!