Mascaradas bufas, fachadas de interiores turbulentos, muecas y arlequines con casco de romano. Identidades mostradas desde lo velado, autofabricación personal, excusa para descorchar botellas y mecanismo de revelación, protección y sublimación estética. En época de mascarillas, saludamos al atuendo metamorfoseante: el DISFRAZ. Él y sus expresiones afines (u opuestas, que aquí siempre hay sitio para todo), son el catálogo de pulsiones y realidades humanas que los tiburones repasan esta vez.
¡Únanse al festival del alter ego libertario y de las carnestolendas!