"Cesa la vieja oposición entre verdad y fábula,
apariencia y realidad celebran al fin sus bodas,
sobre las cenizas de las mentirosas evidencias
se levanta una columna de seda y electricidad"
Esos versos están encerrados pero vuelan libres en el poema "Hermosura que vuelve", de Octavio Paz. No fueron recitados en esta zambullida (aunque sí sonaron los de otros), dedicada a uno de los motores del mundo moderno, la ELECTRICIDAD. Calambrazos y chispazos, literales o metafóricos, forman parte del constructo diario de nuestras vidas, convirtiéndose en una materia sutil pero indispensable. Establecida en nuestras mentes primermundistas como un bien primario, la ELECTRICIDAD ilumina la noche, enciende y calienta nuestras cenas, y electriza el concierto al que más deseas ir... ¡¡Cómo no dedicarle una zambullida!!
Estos y otros menesteres paladearon los tiburones entre música el pasado viernes 20... ¡Agárrense a la Aleta para dejarse llevar por el alto voltaje de la onda marina!
Imagen: obra de Dan Flavin, artista del light art.