Cuando Ray Bradbury escribió los ensayos que conforman "Ayermañana" lo hizo bajo la influencia de sus voces de madrugada, su "teatro matutino", como él lo llamaba. Para él las ideas que acontecían en esa zona temporal límite eran como su gato: en silencio llegaban a su cama antes de despertarse, recordándole su propio nombre. "Las ideas y las fantasías se esconden en las aristas de mis chistes, me hablan al oído y luego, si no me levanto, me dan más que los gatos: un buen golpe en la cabeza. (...) Consigo que las ideas vengan a mí; no voy yo a ellas. Agoto su paciencia haciendo ver que las ignoro... Y esto enfurece a la criatura latente hasta que está casi a punto de ser alumbrada."
Inspirados por Ray y por muchos otros, esta baza los tiburones han puesto las aletas al servicio de la FANTASÍA, término inasible donde los haya... ¿Habremos sido capaces de agarrar tan fantástico pez? ¡Agárrate a la Aleta para comprobarlo!
Imagen: obra de John Stephens