Dicen que el calor vuelve locas a las bestias, y nosotros no somos de otra especie que la animal: habrá cosas que nos separen una miga de ellas, pero seguimos siendo fieras descerebradas. Nuestra capacidad de raciocinio es a veces un reto, y todo se vuelve sinsentido, "nonsense", disparate... y finalmente poema trágico. O no. Hoy celebramos la rareza inefable que subvierte la normalidad, y saludamos a los agentes que nos transportan a la otra cara del sentido. O a la clarividente ausencia del mismo. Hoy toca LOCURA, es decir, hablar de todos nosotros. Los tiburones no intentarán trazar límites ni definiciones únicas, sólo os invitamos a zambulliros musicalmente en el otro lado de la mente... ¡Agárrense a la Aleta, pececicos!