Volver sólo es posible poniendo rumbo a puerto conocido y a ello se disponen los tiburones de nuevo, más emocionados que nunca por el tema que se traen entre branquias...
Como escualos residentes en el corredor del Henares aprendimos a respirarte y a recorrerte; eres culpable de una buena porción de nuestra educación vital, y constituyes una especie de eterno destino contra el que rebelarnos puntualmente. MADRID, esa eres tú, el otro extremo de un vínculo imposible de romper a pesar de los ahogos, los liftings violentos, el delirio político y nuestras renuncias. Porque te soñamos, quisimos y desearemos tanto, MADRID, que ahora ante tu sufrimiento sólo podemos esconder bajo la alfombra todo lo que te odiamos.
Esta va por ti, vecina del alma. Sólo una reina decadente como tú podía inaugurar esta pandémica sexta temporada. Para la rentrée necesitábamos una merienda especial a la que hincar el diente y qué mejor que celebrarla bajo los cielos rabiosos de nuestra capital. No lloraremos más pero sí lanzaremos un último beso acuático: ay, MADRID, cuánto nos duele sentirte lejos.
Imagen: "Mujeres al borde de un ataque de nervios" (película de Pedro Almodóvar)
