Jacques Prévert tiene unos cuantos poemas sobre ellos a pesar de haber aprendido muy tarde a amarlos, lamento que asoma de vez en cuando en sus versos. A los tiburones les gusta especialmente cuando habla del amor tardío por ellos, por los PÁJAROS, el alado tema que abordamos en esta ocasión. Prévert llegó al siguiente acuerdo lírico con los de plumas: "ellos no se ocupan de mí/ yo no me ocupo de ellos/ yo los miro/ los dejo hacer/ los pájaros hacen lo mejor que pueden (...)/ los pájaros dan el ejemplo/ el ejemplo que hace falta/ el ejemplo de pájaros (...)".
Ellos, los PÁJAROS, son pura tenacidad combinada con ligereza, paradigma de belleza irrepetible, ferocidad rapaz, e inacabable fuente de sonidos cuasi inescrutables y de metáforas sobre la libertad y otros sueños. Así hablamos de ellos, sumando además a nuestras impresiones no expertas, la voz especialista e inspirada del ornitólogo Juan Sánchez Oliver, que nos ha regalado una colección maravillosa de micro historias sobre estos habitantes de la tierra, el océano y la cúpula celeste.
Imagen: "El jilguero" cuadro del pintor holandés Carel Fabritius (XVII)