Tras una cruenta batalla librada en la red de redes, los robots vencieron a los guerreros. Toca pues componer una oda cybermusical a los seres de metal, con parada en la estación de la alienación: aunque estemos en la era de los fuegos tecnoartificiales, la mirada gris del robot sin alma afecta cada vez a más ciudadanos-autómata... ¡Sálvense de la máquina y acaricien el acero pop con ayuda de la Aleta una vez más!
Imagen del artista Simon Stalenhag: http://www.simonstalenhag.se/