Pececicos, las zambullidas se están acabando y hay que rendir honores a los tótems de cada uno.... Y puesto que servidora se apellida Squalo y pone rumbo a esta caótica Aleta Dorsal, nos metemos en el agua más fascinante de todas, la de los TIBURONES, esas bestias bellas y rebeldes que nunca duermen y palpitan ad eternum mientras se ríen de nuestros miedos en océanos viejos ¡Tenéis nuestro amor!.
ALETA DORSAL se declara a su amor platónico regalándole un paseo musical por otros que tampoco supieron resistirse al poder del escualo. Escúchenla en el episodio ¡TIBURONES!
