Por norma, los tiburones escapan del "quémese la casa pero que no salga humo" y si es necesario no tienen problemas para lavar la ropa sucia en el patio... Pero en otras ocasiones prefieren hacerlo de puertas para adentro. En cuestiones de VERGÜENZA es imposible ceñirse a unas normas, todo resulta cambiante, contextual... Y la mácula y el recato pueden hacer de las suyas en el momento menos insospechado, si bien es cierto que las convenciones suelen disparar sobre líneas sexuales, corporales (ah, lo biológico), conductuales o sociopolíticas.
Cuando se transgreden esas líneas (pactadas o no), afloran las orejas gachas y el rubor, ese mecanismo maravilloso que delata nuestros sentimientos gritándolos al mundo. De ellos y de muchas más sinvergonzonerías hablamos en esta zambullida ¡Agárrate a la Aleta para descubrirlas!
Imagen perteneciente a "Rubor", cómic de varios autores editado por La Cúpula