Son las siete de la tarde, las seis de la tarde en Portugal.
Estamos ya metidos de hoz y coz en 2016. Año de juegos olímpicos y de Eurocopa de fútbol y de los clásicos eventos mundiales que acaparan la atención de medio mundo y parte del otro. Cada año que pasa el deporte se convierte un poco más en un espectáculo de masas y menos en un deporte. El sillón-ball, es con diferencia el deporte cuya práctica ha aumentado más en los últimos años. Cuando las televisiones se pusieron manos a la obra y metieron sus manazas en el asunto de las transmisiones urbi et orbe, se acabó el recreo y el romanticismo. Hace ya mucho tiempo de eso, claro. No carguemos las tintas ni lloremos sobre la leche derramada mas dispongámonos a disfrutar, en la medida de lo posible, y a sufrir en la mayoría de los casos. Disfrutamos poco y sufrimos demasiado. De momento el año ha empezado con la enésima amenaza del marqués de que se siente irremplazable. Nosotros, va de suyo, deseamos con fruición la victoria de España en la cita futbolera francesa, pero esperemos que si ello no se consuma, el marqués de Salamanca deje la poltrona que tanto ha aumentado su cuenta corriente de una vez y para siempre. Los juegos olímpicos, tienen otro cariz, en España siempre se han visto -salvo excepciones-, como parientes pobres, más que nada porque ver a alguno de los nuestros ganar no ha sido una cosa muy habitual. Aquí nos vamos a ocupar de ponerles a ustedes en antecedentes y ya he ordenado al anarquista del Sánchez, don Juan Carlos, que se ponga manos a la obra y que, como ya hiciera durante los meses previos al infausto mundial de fútbol de Brasil, nos vaya ilustrando con la historia de un acontecimiento que ya ha transitado por tres siglos. No sabemos si el delirio de un tal Pierre de Courbetain le dio para vislumbrar un presente tan boyante en lo crematístico o simplemente pensó que aquello sería el sueño de unas noches de verano. El caso es que también habrá vida además de fútbol y juegos, Wimbledon, Tour de Francia, Finales a cuatro en baloncesto por doquier y miles de acontecimientos deportivos de todo pelaje también van a concitar a millones de personas en directo y a través de la caja tonta milagrera. Por si a alguien le queda alguna duda, nosotros seremos parte de esa legión de sillonboleros para tratar de contarles y cantarles todas las emociones y opiniones que se nos vengan a las mientes. Trataremos, eso sí, de seguir siendo fieles a nosotros mismos y seguiremos atendiendo a los parientes pobres, que cada vez son más.
Martes 12 de enero de 2016, están escuchando Radio Alma, la frecuencia mediterránea de Bruselas, emitiendo desde el 101.9 de la FM. Este es el primer programa del año, que hace al mismo tiempo el número 152 de DEPORTE CON ALMA.