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Son las siete de la tarde, las seis de la tarde en Portugal.

Dieciséis tenistas están siendo seguidos por presuntas irregularidades en algunos de sus partidos. Dicen que han colaborado con casas de apuestas más o menos clandestinas y que por 50.000 dólares se dejaban ganar. Novak Djokovic el número uno de la ATP, ha añadido más leña al fuego y dice sin reparos que sí, que hace unos años le llegaron a ofrecer 200.000 billetes verdes. No es nuevo el asunto de los dineros opacos en el deporte, en el deporte, como en otras facetas, circula libremente el descaro y la sinvergonzonería, y ahora con las nuevas tecnologías a pleno rendimiento, todo va más deprisa y quizá más lejos. Mucho me temo que tras esta tormenta caigan algunos cabezas de turco. Pan para hoy y hambre para mañana. Se volverá a hacer injusticia, pero convengan conmigo que el ser humano es cada día más imperfecto. Arreglar el asunto de las apuestas clandestinas, viene a ser como querer solucionar el cáncer del dopaje. Quizá habría que hacer como hacen en Estados Unidos, hacer la vista gorda directamente y ahí nos las den todas. Los europeos siempre queremos ser lo más de lo más y, a menudo, resultamos los menos de los menos. Ponerle puertas al campo es harto complicado. Tenis, atletismo, ciclismo, hasta los remeros de traineras se han visto implicados. En el momento que hay un euro, un dólar, una rupia o cualquier otra moneda de curso más o menos legal, aparecen los amaños. Años ha se pensaba que sólo existía el tongo en el boxeo. Aquel mito ya no se tiene en pie. Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. Empezando quizá por los aficionados que queremos cada día más proezas, más récords, más saltos mortales y las televisiones, que tan bien nos conocen, no dudan en darnos carnaza. Lo demás viene de suyo. Lo triste es que siempre pagan la ronda los que pasaban por allí, los que alguna vez cayeron en la tentación. Cada tres o cuatro años, hay una crisis, caen unos cuantos primos y a otra cosa. En pleno Open de Australia, hay tanto en juego, que no se va a parar una competición por unos cuantos desaprensivos. Lo que sucede es que los desaprensivos juegan en los dos bandos: en los buenos y en los malos.

Martes 19 de enero, hemos superado sin mayores contratiempos el día más triste del año, el blue monday de 2016 ya es historia.

Están escuchando Radio Alma, la frecuencia mediterránea de Bruselas, emitiendo desde el 101.9 de la FM. Ya estamos en pleno invierno, se ha hecho de rogar, pero ya lo tenemos aquí fiel a su cita anual. Centésimo quincuagésima tercera emisión de DEPORTE CON ALMA.