Hace justo ahora 5 años viví una experiencia de aquellas que te hacen cambiar para siempre sin preaviso y te obligan a replantearte la manera habitual de ver las cosas.
Había planificado durante meses un viaje hacia Chile con un par de amigos. Todo estaba bien ordenado y organizado, las rutas trazadas, los amigos con los que reunirnos allí, los billetes de avión comprados, los lugares donde dormir y los sitios a visitar prácticamente decididos. Viajar es algo que siempre me ha encantado, y no paraba de imaginarme las cosas que iba a ver y a experimentar. Durante semanas me levanté cada día sintiendo la emoción de la aventura.