Una buena razón para vivir, eso es lo que todos buscamos; una razón que rellene ese vacío que nos visita de vez en cuando; que le otorgue sentido a nuestras vidas y nos empuje a levantarnos por las mañanas. Una razón para seguir realizando nuestro trabajo más allá del dinero que nos retorne; para continuar la senda que nuestra familia nos marcó como apropiada. Todos necesitamos una buena razón para seguir aceptando las condiciones que la sociedad nos impone; y contra las que, a menudo, nos rebelamos sin valor para cambiarlas.