Hay muchas maneras de simplificar nuestra vida, tanto a nivel interno como externo. Simplificar, como casi todo, es una cuestión de hábitos y, lógicamente, siempre va a ser más fácil modificarlos cuando pretendemos hacerlos más sencillos que cuando los complicamos. El principal conflicto aquí suele producirse, una vez más, como consecuencia de la intervención de nuestro ego, el cual se niega a realizar cambios (por apego a personas, cosas y zonas de confort) incluso cuando estos nos hagan sentir mucho mejor. A la hora de realizar cambios en tus hábitos, te recomiendo hacerlos uno a uno. Y recuerda, tan sólo es una cuestión de práctica… ??