El ego no es ni bueno ni malo, simplemente es necesario…
Llevo mucho tiempo estudiando la estructura egótica y su utilidad real. Y hoy vamos a conocerla un poco mejor. ¿El ego es bueno o malo? ¿Lo tenemos que comparar con un Ángel o con un demonio? Lo que sabemos es que es el primogénito de nuestra mente y el perfecto representante de la dualidad, en él está contenido lo mejor y lo peor de cada uno de nosotros, potencialmente hablando. Podemos compararlo con una herramienta que se puede usar para muchas cosas, buenas o malas, eso dependerá del uso que hagamos de ella. La clave está en cómo lo tenemos educado, lo que a su vez tiene que ver con la educación que nosotros mismos recibimos y cuánto nos hemos trabajado a nosotros mismos. Recuerda que el libre albedrío existe, y que por muy potente que sea nuestro ego, siempre tendremos la última decisión.