La pregunta no es ¿qué hay después de la muerte?
sino ¿qué hay después de la derrota?
La muerte es solo una sombra de la vida
la victoria es como la lluvia
que nunca puede mojar las sombras
las sombras son como un selfie:
desaparecen en un instante y vuelven a aparecer
las sombras son manchas en la lluvia
que surgen de la derrota del sol.
El sol es una sombra que se mira a si misma
se ilumina a si misma
sin necesidad de reflejarse como la luna,
el sol es la derrota de la lluvia,
es la sombra en la mirada de Fernando Pessoa.
La vida es una derrota permanente
la muerte solo un reflejo, como la luna.
Después de la vida no hay vida ni muerte
después de la muerte no hay muerte
no hay victoria ni derrota después de la victoria
después de la derrota no hay derrota
Sabio é o que se contenta com o espectáculo do mundo,
decía Ricardo Reis,
y Alvaro de Campos le respondía:
a minha alma partiu-se como un vaso vazio
Alberto Caeiro, en cambio, comentaba:
ser poeta no es una ambición mía, es mi manera de estar solo,
Pessoa los miraba desde su muerte y se reía de la derrota.
La pregunta no es ¿qué hay después de la derrota?,
la pregunta es ¿qué hay después?
(Kintto Lucas)