Lo vi una mañana perderse en una guagua. Atrás, la familia, los amigos, el pueblo de Contramaestre. Sentí mucho saber que ya no me atendería por varios años en sus consultas; que no seguiría mis problemas de salud con tanta profesionalidad y afecto; pero el deber era su prioridad y marchó al corazón de Venezuela, bien adentro, donde hombres y mujeres viven aún en comunidad primitiva y se rigen por costumbres ancestrales.
Gracias a la magia de las nuevas tecnologías fue posible este testimonio que compartimos hoy y hemos titulado: HACIENDO SALUD EN COMUNIDAD.