Un corazón, un ojo y fuego, son los símbolos que definen a Ricardo Cavolo y que tienen que ver con tres conceptos en los que basa su trabajo: hacer las cosas de una manera pura y sincera (corazón), con pasión y energía (fuego) pero bajo control (ojo). Así es el trabajo y la vida de este ilustrador, muralista y diseñador. Aunque nació en Salamanca, reside en Barcelona pero viaja por todo el mundo plasmando su arte en cualquier rincón. Ricardo Cavolo acaba de finalizar una intervención en el edificio de la calle Joaquín Costa número 4, en el que ha dibujado la fachada con su sello personal. Le gusta tener en cuenta el lugar en el que hace los murales, de ahí que haya decidido hacer un homenaje a la mujer salmantina. Esa mujer es su madre, nos cuenta Cavolo, por lo que la fachada plasma su historia a modo de viñetas. Este artista, que trabaja de dos maneras distintas los murales, a todo color o utilizando solo algunos, ha elegido el azul, blanco y rojo para el Oeste.