Antes sólo los grandes chefs tenían al alcance de la mano el acabar sus platos con un toque de oro o plata que los hiciera mucho más atractivos, y no me he equivocado, no un toque dorado o plateado, sino de oro de verdad con un mínimo de 22 kilates. Hoy, empresas, como la riojana Oro Gourmet, han sacado una línea de oro comestible más asequible y al alcance de casi todos, al menos para las ocasiones muy especiales.
En De Ida y Vuelta hemos hablado de este tema y otras curiosidades gastronómicas en nuestra sección de tendencias de los viernes, en Radio5, RNE.
