Al príncipe ya no le brillan los ojos….
La princesa va de negro,
las banderas opacas,
la reina sonríe con la soltura de un maniquí,
los ministros, a juego con las banderas…
Laca, corbatas y naftalina.
¿Por qué no entiendo nada?
¿Qué haces hablando de integridad y de colaboración?
“Esta es una jornada para la gratitud”
El príncipe titubea, se atraganta, se esconde tras de su barba…
“Es posible que los humanos nos pongamos de acuerdo…
a pesar de nuestras distintas concepciones de lo que es el bien…”
Bien sólo hay uno, mi príncipe,
y no conoce de altezas, prefiere la naturaleza,
Bien sólo hay uno, mi príncipe,
y no conoce de fundaciones, prefiere a los corazones,
“Gratuidad, justicia… bancos de alimentos”
Mi príncipe, ya no me creo tu cuento.