Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)
En Bécquer se juntan dos aspectos del hecho literario que no siempre andan unidos: su importancia histórica (como cualquiera sabe, con él –y con Rosalía de Castro- comienza la lírica moderna en lengua española) y su pervivencia: las Leyendas, las Cartas literarias a una mujer, las Cartas desde mi celda y, por supuesto, las Rimas, siguen editándose y, lo que es más importante, leyéndose, cantándose, inspirando nuevas obras.
No se trata ahora, aquí, de exponer las razones en que se sustenta su importancia histórica. Quizá sea preferible apuntar alguna de las razones por la que sigue vivo. Una de ellas es la de su aguda y sensible capacidad descriptiva que le permite dibujar imágenes nítidas, fácilmente trasladables a la mente del lector. Muy ligado a ello se halla su extraordinaria capacidad para crear sensaciones: a partir de un léxico preciso y natural, elabora sus textos como si de una partitura musical se tratara, con un prodigioso sentido del ritmo interior, suave, casi oculto, pero envolvente.
Esas dos razones apuntadas coadyuvan a la expresión de una intimidad, de una sensibilidad, de un yo, completamente modernos, lo cual, acaso, es lo que hace que el lector contemporáneo se vea reflejado en su verso o en su prosa. Expresión de una intimidad realizada a partir de una cuidada selección léxica, como decíamos, y de un sentido musical de la composición. Es decir: realizada con absoluta conciencia, con absoluta conciencia de los límites del lenguaje (“el rebelde, mezquino idioma”). En efecto, Bécquer es el primer poeta en lengua española que desconfía de las palabras, que comprende que las palabras, por sí, no expresan los auténticos sentimientos, ni las verdaderas sensaciones. En definitiva, que el lenguaje es, en principio, un obstáculo para la expresión de la individualidad. Debe ser, pues, buscado, trabajado, para que refleje con exactitud el mundo interior del poeta. Y aún así, jamás traducirá del todo el “himno gigante y extraño” que resuena en su mente.
De esa lucha por dar forma lingüística a algo inaprensible, evanescente, surgió ese “yo” que pervive en la lírica escrita en lengua española.
-Fernando Alcaine-
CRÉDITOS: (Rima/voz/música)
• Presentación de Fernando Alcaine/Peter Gundry (The Elixir of Life)
• 1/Néstor Barreto/Lucas King (Remember)
• 2/Elena Parra/ Lucas King (Remember)
• 3/Ika Ventura/ Lucas King (Remember)
• 4/Néstor Barreto/ Eric Clapton (Wonderful Tonight)
• 5/María José Sampietro/ Clint Mansell (Requiem for a Dream)
• 6/Lola Orti/ Clint Mansell (Requiem for a Dream)
• 7/Néstor Barreto/ Lucas King (Star Wars - Anakin's Madness)
• 8/Elena Parra/ Lucas King (Star Wars - Anakin's Madness)
• 9/María José Sampietro/ Lucas King (Star Wars - Vader's Lament)