DECIMONÓNICO
289
Vino, mujer y canto -en orquesta o marimba - de Strauss, me lo inspiraron.
Guardando
las formas
y lo solícito
de pedir
vuestro brazo
-no vuestra mano-
procedí
a conduciros
al centro
de la pista
Previamente
inhalé y exhalé
adquiriendo así
el valor
necesario
esperando un “sí”
como respuesta
para un vals
Accediste
Vueltas
por aquí
vueltas
por allá
y el susurro
a vuestro
oído
os hizo
sonrojar
Aceleraste
Justo
al final
dijiste:
“¡Se me sale
el corazón”
(“¡Corazón!”
pensé)
Sin inmutarme
repliqué:
“Lo recibiré”
Me besaste
Nos
despedimos
con
“Danubio azul”
En carruaje
os fuiste.
Guatemala, 14 de noviembre de 2008.