Podemos destruir el mundo mientras nos miramos al espejo y nos decimos a nosotros mismos de mil maneras, qué maravillosos, qué importantes, qué guapos somos y cuántas cosas sabemos hacer.
Durante los últimos siglos hemos elaborado un modelo social y antropocéntrico donde nosotros somos el centro de todo. Nosotros hemos creído que a través de la ciencia y de la tecnología podíamos conquistar el mundo y dominarlo por completo.
A estos modelos narcisistas tienen que contraponerse otros muy diferentes que denomino modelos globales. Estos son aquellos que nos dan cuenta de cuál es nuestro lugar en el mundo porque nuestra especie a diferencia del resto de especies animales tiene un poder creativo o destructivo muy superior. Estos modelos globales son aquellos que pueden abarcar nuestro desarrollo como especie y el desarrollo adecuado de toda la naturaleza y de todos los sistemas de vida que hay en el mundo.
Todo esto tiene que ver mucho con nuestra salud mental porque de ella dependerá el convertimos en personas que evolucionan, que se construyen bien y que llegan a una madurez adecuada para afrontar todos estos retos de futuro
