"Si las abejas desaparecieran, sin la polinización realizada por ellas, acabaría la biodiversidad del planeta", destacó Pedro Kaufmann, Secretario de la Sociedad Argentina de Apicultores. Las variedades de semillas que hacen a la identidad de la tierra, y a la fortaleza de sus ecosistemas, desaparecen en manos de la ingeniería genética y de los químicos, que eliminan aquellas que el mercado no puede visualizar como ganancia. Eso se llama pérdida de diversidad biológica. Las abejas no tienen comida saludable, la que hay es poca, sin variedad y en la mayoría de los casos contaminada con “fitosanitarios”. ¿Cuál será la posible solución? La radio Pública de la Ciudad de Buenos Aires presenta conversaciones reflexivas junto a Sergio Elguezábal y equipo.