El asesinato de Ignacio Ellacuria y los jesuitas de El Salvador ya tiene culpable. Se llama Inocente Montano y cumplirá un máximo de 30 años de prisión en España. El coronel Montano era el único reo de un proceso que no ha juzgado al resto de 18 militares que en noviembre de 1989 ejecutaron a Ellacuria, rector de la Universidad Centroamericana, y a los también sacerdotes españoles Ignacio Martín-Baró, Segundo Montes, Amando López y Juan Ramón Moreno. Y al salvadoreño Joaquín López. Y a Elba y Celina Ramos, madre e hija, empleadas de la UCA que murieron porque aquel crimen no aceptaba testigos.