Si este joven siglo fuera un ser humano, él o ella ya tendrían 20 años, derecho a votar, a celebrar contratos legales, a tomar decisiones de adultos más allá de la autoridad de cualquier padre o tutor legal. En este punto cabe preguntarse ¿estamos nosotros, la raza humana, maduros ?
Según las enseñanzas bahá'ís, nos encontramos en el umbral de la madurez como especie, la era de la civilización planetaria, un tiempo de unidad en la diversidad, de interconexión material y social.
En sus reflexiones, El Tren de Fanlo, esta semana nos lleva a relfexionar sobre algunos pre-requisitos para llegar a esa etapa plena de la madurez en la que no solo es necesario tener años sino sobre todo la capacidad de reconocer nuestra unidad como especie humana y actuar como protagonistas en la creación de un mundo justo y unificado.
