Hoy quiero interpolar un tema que posiblemente pueda parecerles un tanto remoto, pero será de importancia para el desarrollo ulterior de los temas que estamos estudiando en la actualidad. Hemos sido capaces de reunir juntos muchos detalles esenciales que son esenciales para el conocimiento del ser humano. Por un lado, poco a poco estamos descubriendo el lugar del hombre en la vida del cosmos, y por el otro, su lugar en la vida social. Pero será necesario hoy considerar ciertos asuntos que contribuyan a una mejor comprensión del ser y la naturaleza del hombre.
Cuando el hombre es estudiado mediante el pensamiento científico moderno, sólo se toma en consideración una parte del ser. No se toma en cuenta el hecho de que, además de su cuerpo físico, el hombre también tiene otros miembros más elevados. Pero dejaremos esto de lado hoy y pensaremos en algo que es más o menos reconocido por la ciencia y también ha abierto un camino en la conciencia general.
Al estudiar al ser humano, sólo se consideran pertenecientes a su organismo aquellos elementos que se pueden representar como sólidos o sólidos-fluidos. Se reconoce, por supuesto, que el fluido y los elementos aeríformes entran y salen del ser humano, pero éstos no son considerados en sí mismos como miembros integrales del organismo humano. El calor interno del hombre que es mayor que el de su entorno es considerado como un estado o condición de su organismo, pero no como un miembro real de su constitución. Enseguida veremos lo que quiero decir con esto.