Para John Simon. Siempre en la literatura asiática se encuentra sabiduría, de esa cuya moraleja está implícita. Mensajes que vienen en forma de cuentos breves, como cuando nuestros abuelos nos contaban algo para disciplinar. No voy a explicar este cuento corto, pero siempre me recuerda lo inusual de la crianza y de las campañas de promoción de lectura, dos cosas al parecer muy distantes, pero ambas, tienen mucho que ver...
