En un entorno cada vez más digital que, en muchos casos, ni los propios adultos sabemos gestionar, aparece la figura de los niños, inmersos de lleno en esta vorágine de la telefonía móvil, los videojuegos, internet, las redes sociales…; parajes entre los que se mueven con soltura ya que han crecido con ello: es su momento y su tecnología.
Dónde poner los límites al uso y abuso de todo este caudal de información y entretenimiento por parte de nuestros hijos se ha convertido en un caballo de batalla para unos padres que se están dando cuenta progresivamente de los potenciales peligros que un uso indiscriminado de todas estas nuevas formas de socialización 2.0 nos pueden acarrear.