Nuestro mundo interno se proyecta en las cosas cotidianas que nos rodean: la comida, la casa, la economía, la ropa, la gestión del tiempo…
Por eso. poner límites físicos a las cosas (poner un tope a la comida, a las drogas en caso de adicciones, cerrar la puerta y que no entre nadie si no quiero, gestionar mis horarios y mi tiempo, obtener mi propio dinero y no sentir que abusan de él o que alguien tiene poder sobre mi por dármelo…..) nos ayuda a poner límites emocionales con las personas.