Como todo pirata, acondiciona la nave, da órdenes a sus marineros, apunta los cañones y recorre los mares en busca de grandes tesoros... pero nada resulta como e?l planea: cargamentos de cacao que se disuelven en el mar, de helados que se derriten al sol, de esponjas que absorben tanta agua que el barco de Roque se termina por hundir. El pobre pirata, además de estas frustraciones, debe soportar a su maleducado loro que, en cada derrota, se burla de su mala suerte.
Pero como según la sabiduría popular no hay mal que por bien no venga, luego de perder su barco, Roque llega a una isla desierta. Allí descubre un gran cofre que contiene un inesperado tesoro lleno de letras...