En la rutina diaria, estamos tan centrados en el Hacer que nos olvidamos de Sentir y sobre todo de SER. En los retiros, el SER aparece fuerte y poderoso y entonces, te das cuenta de que respiras, de cómo respiras, de cómo caminas, de los colores, de las sensaciones de tu cuerpo al tomar una infusión caliente, sorbito tras sorbito, del frío cuando sales a dar un paseo meditativo, de como el aire acaricia tu cuerpo.