Fluir significa aceptar lo que llega
y aceptar lo que se va.
Disfrutar de lo nuevo
y decir adiós a lo que se marcha con el corazón sereno.
Dejarse guiar por lo que acontece con naturalidad,
sin forzar nada,
sin forzarnos a nosotros mismos,
sin oponernos a lo que es ni a lo que somos.
Fluir es permitir y al mismo tiempo disfrutar.
Fluir es activar la magia.