El enemigo de nuestra alma, muchas veces ha querido traer verguenza sobre nuestras vidas, porque la verguenza nos aisla y nos hace no querer dar la cara, pero Dios en su palabra nos habla que los que esperan en Dios, no serán avergonzados.
Dios nos deja en el libro de Isaias, un mensaje en figura que dice: olvidaras la verguenza de tu juventud; y en lugar de verguenza Dios quiere traer honra.