Fuimos recreados en Cristo Jesús; es decir, nacidos de nuevo para que hagamos las buenas obras que Dios predestinó (planeó de antemano) para nosotros.
Tomando caminos que Dios preparó de antemano. Viviendo la buena vida que Él con su presciencia arregló y preparó.
Tu vida no ha sido diseñada ni por la familia, ni por el gobierno y mucho menos por la tradición; sino por Dios para ir de gloria en gloria en Cristo Jesús.