Capítulo Catorce
El pergamino número Siete
Me reiré del mundo.
Ningún ser viviente puede reírse, con la excepción del hombre. Los árboles tal vez se desangren cuando son heridos, y las bestias del campo se quejarán de dolor y de hambre, y sin embargo yo tengo el don de la risa y es un don que puedo usar cuando quiero de aquí en adelante cultivaré el don de la
risa.