Como periodista soy muy afortunado. Estoy viendo, en vivo y en directo, la descomposición de la sociedad catalana. Es como si Edward Gibbon hubiera podido presenciar en persona la caía del Imperio Romano. Pero, como ciudadano, la procesión va por dentro. La confluencia del podemismo y el independentismo -ejemplificada en aquel balcón de Gracia- será letal. Para Barcelona y para Catalunya.
https://opinio.e-noticies.cat/la-punteta/la-tormenta-perfecta-137631.html