Bienvenidas y bienvenidos a Acercándonos a Escuchar, un espacio donde la música se convierte en un puente que une culturas, épocas y emociones.
En cada episodio nos sumergimos en universos sonoros poco transitados: obras de compositoras y compositores que, aunque muchas veces desconocidas por el gran público, nos invitan a escuchar el mundo con otros oídos.
A través de sus músicas, reconocemos expresiones de identidad colectiva, relatos históricos, formas de resistencia cultural y maneras únicas de sentir y habitar el presente.
Hoy viajamos a un momento clave en la historia de la música afroamericana y de la música popular del siglo XX. Un 3 de agosto de 1973, salía al mercado Innervisions, el decimosexto álbum de estudio de Stevie Wonder. Esta producción marcó un antes y un después en su carrera: celebró su madurez musical y consolidó su transición del "pequeño Stevie" al artista adulto, con una imaginación desbordante y una conciencia social profundamente afilada.
El álbum rebosa inspiración Motown, y su creador nos entrega un conjunto de melodías inolvidables que envuelven temáticas complejas con dulzura y ritmo. Innervisions es una obra equilibrada: las baladas conmueven sin ser empalagosas, los interludios jazzísticos están dosificados con precisión, y en todo momento, la canción y el mensaje son lo central.
Trabajando junto a los innovadores programadores Robert Margouleff y Malcolm Cecil, Stevie Wonder integra nuevas tecnologías en un soul orgánico, cálido y analógico. Entre sus temas más emblemáticos encontramos Higher Ground, con su fuerza funky, y Don’t You Worry 'Bout a Thing, una pieza que no solo brilló por su originalidad, sino que más tarde inspiró movimientos como el acid jazz, siendo una referencia para grupos como Jamiroquai.
A continuación, escucharemos precisamente esta canción: Don’t You Worry 'Bout a Thing, una celebración de la resiliencia y la esperanza, envuelta en carisma y sofisticación musical.
Gracias por acompañarnos en este viaje sonoro. Nos reencontramos en el próximo episodio de Acercándonos a Escuchar.
Hasta entonces, recuerden: en cada nota hay una historia, y en cada silencio, una oportunidad para descubrir algo nuevo.
