Londres, 9 de enero de 1993
Tras despertarse después de haber pasado por el ritual al que les sometió Waya la noche anterior, los cuatro amigos descubren que su cuerpo está tatuado de pies a la cabeza con símbolos abstractos y lo que parecen letras de diferentes alfabetos en diferentes patrones. Solamente una espiral descendente en su mano derecha es común a los cuatro.
Junto con una nota que les indica una zona del barrio de Kennington, el grupo debe regresar a un lugar seguro para tratar de recuperarse física y mentalmente y estudiar cuál será su siguiente paso. Y deberán tener cuidado de no dar uno en falso.