Porque todos en nuestra infancia comimos bichos, tierra, y hasta mocos; dijimos disparates mientras aprendíamos a hablar, corrimos sin detenernos; cortamos nuestro cabello, cejas o hasta pestañas; nos escondimos en todos los lugares posibles; usamos la ropa de los adultos y nos acabamos su maquillaje y hasta hicimos pinturas rupestres en la pared, en nuestros hermanos o en nosotros mismos. Porque esas vagancias nos hicieron muy felices... quédate a escucharlas!