Con Dios a nuestro lado todo cambia. Todo es posible con Dios. Pero Dios no solo está a nuestro lado, Él pelea por nosotros.
Esto es lo que Josué ya casi con 110 años, al final de su vida y con pocas fuerzas físicas, habló al pueblo y quiso asegurarse que el pueblo entendiera que “El Señor peleó por ustedes”. Esto ha sido una de las claves para conquistar y tomar posesión en la tierra prometida.
Y es la mismo que debemos entender nosotros si es que queremos vivir la vida abundante que Jesús prometió a sus discípulos. No somos nosotros los que peleamos por Dios, sino que nuestro Padre celestial pelea por nosotros.