Tarde o temprano nos veremos enfrentados al fracaso en nuestra vida. Las razones de fracasar pueden ser muchas. Y la mayor amenaza para nosotros no es el fracaso en sí, sino quedarnos hundidos en el. Y este era peligro en el que se encontraba Josué, el gran líder de Israel después de la derrota ante Hai. Dios, sin embargo, lo anima y le da instrucciones para salir adelante. De igual manera nosotros debemos aprender que para Dios, ningun fracaso nuestro es definitivo. La Gracia y el poder De Dios siempre será mayor que nuestros fracasos