Encontraréis el audio con la oración en: Ivoox y Spotify.
Palabra de Dios
Jn 6,51-58
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
– «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»
Disputaban los judíos entre sí:
– «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»
Entonces Jesús les dijo:
– «Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí.
Texto que ilumina el evangelio
Al igual que necesitamos el alimento material para poder vivir y que nuestro cuerpo pueda desarrollarse de manera adecuada, también necesitamos otro tipo de alimento para que nuestro corazón y nuestro espíritu puedan alimentarse. Esto es algo que Dios mismo sabe, y por esta razón quiso que su Hijo se quedase en forma de pan y de vino para podernos alimentar interiormente.
La presencia real de Jesús en la Eucaristía nos ayuda a darnos cuenta de la importancia que tiene cuidar nuestro interior, cuidar nuestro corazón. Pero no solo con el Cuerpo y la Sangre de Cristo, también a través de la oración con la Palabra de Dios (donde Jesús también está presente) nos vamos alimentando. Otro lugar donde puedo “alimentarme” de Dios está en el servicio a los más necesitados o a cualquier persona que pueda necesitar mi presencia, mi consejo, mi ayuda…
Cuando nos encontramos más apartados de Dios, debemos de preguntarnos si estamos acudiendo a un buen lugar donde “alimentarnos” interiormente: cómo participo en la Eucaristía, cómo es mi oración personal y comunitaria, y cómo es mi servicio a los hermanos/as de mi Comunidad y los que se encuentren a las puertas de mi vida. Si la respuesta es negativa, estaremos ante un problema de “salud espiritual”, puesto que no me estoy alimentando lo suficiente con aquella comida que me nutre y me hace crecer interiormente: Jesús.
PUNTOS DE ORACION
- ¿Me alimento interiormente con la Eucaristía, la Palabra de Dios y el servicio a los demás? ¿Cómo son cada uno de ellos?
- ¿Me siento apartado/a de Dios? ¿Soy consciente de que posiblemente tenga un problema de “hambruna espiritual” porque no alimento bien mi corazón?