Palabra de Dios: Sal 26,7-8a.8b-9abc.13-14
Escúchame, Señor, que te llamo,
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro.»
Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.
Texto que ilumina el evangelio
“Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro”. La oración que hoy vamos a tener nos conduce hacia el centro de nuestro corazón. Nos ilumina para poder reflexionar acerca de qué ACTITUD VITAL tengo con respecto a Dios: le busco o no le busco. Y esto, a su vez, tiene que ver con el modo en el cuál vivo mi propia vida: de manera individual o de manera compartida (con Jesús).
Los Salmos nos expresan la experiencia vital de sentirse acompañados en todo momento por Dios. Experimentan que el Señor se encuentra presente en el quehacer de sus vidas, tanto que llegan a sentir cómo Dios se implica en su vivir diario (hasta en las más pequeñas cosas). Por eso, el creyente, es aquel que ha experimentado esta Presencia real de Dios y vive su vida BUSCÁNDOLE en todo lo que vive y en toda decisión que debe tomar.
Por ello, hoy, vamos a reflexionar sobre el modo en el cual vivo yo mi vida. Vamos a orar para que Jesús nos ilumine interiormente y descubramos si nuestro vivir es un vivir EN BÚSQUEDA o un vivir CENTRADO EN UNO MISMO. Sólo así podremos darnos cuenta de si soy un auténtico seguidor de Cristo (un BUSCADOR DE DIOS) o bien camino en el día a día de mi vida centrándome en mi mismo o buscando otras cosas que no son Dios.
PUNTOS DE ORACION
· ¿Cómo es la actitud con la que vivo mi vida? ¿Busco a Dios o qué es lo que busco?
· ¿Vivo mi vida de manera compartida con Dios o bien la vivo conmigo mismo sin tenerle en cuenta?