Reconocimiento, Arna Bontemps
Después de los terraplenes de la nube,
el lamento del viento
y el descenso estrellado en el tiempo,
llegamos a las aguas parpadeantes y nos protegimos los ojos
del resplandor.
Solo con la costa y el puerto,
los tallos de los cocos,
las frondas del silencio y la música silenciosa,
lloramos por la nueva revelación
y esperamos que se levanten los milagros.
Donde los elementos se tocan y se fusionan,
donde las sombras se desvanezcan como parias en la arena
y el momento intentado aguarda, su coraje desapareció ...
ahí estábamos
en latitudes donde nacen las tormentas