La imagen de un roble es una figura que Dios usa para explicarnos como obtener una vida próspera, recta, con medidas y pesos correctos. Así como un roble crece y se desarrolla, hasta hacerse un ejemplar que nos brinda sombra, refugio a los animales y oxígeno al planeta. Así nuestra vida se puede desarrollar si prestamos atención a tres raíces fundamentales que nos habla el profeta Isaías en el capítulo 61, versículo tres. La aflicción nos quita fuerza pero Jesús tomó nuestras aflicciones en la cruz y ahora Él da la orden para que suceda un intercambio triple. Debemos sacar de nuestro corazón la vanidad, la muerte y la angustia.
Isaías 61. 3
“a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.”
1- El Padre nos da gloria en lugar de ceniza.
A- La gloria se refiere a un artículo que se ponía en la cabeza. La diadema de oro que se ponía el Sumo Sacerdote, por ejemplo, éste también era un turbante y reflejaba autoridad. La corona de un rey era su gloria, refleja autoridad y poder. El Padre celestial tiene toda autoridad y poder, a Él se debe toda la gloria.
B- Las cenizas eran ropas hechas de sacos con polvo que se ponía cuando pasaba una calamidad. Las cenizas representan la vanidad y lo transitorio de todo lo material.
C- Dios quiere que conozcamos al Padre celestial para entender sus propósitos eternos, aquí en la tierra como en el cielo.
Salmos 1:3-4
“Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo. Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará. No así los malos, que son como el tamo que arrebata el viento.”
2- Jesús quita el luto y nos da óleo de gozo.
A- El óleo representa fruto, sanidad y elección. Jesús nos lleva a dar mucho fruto, por sus llagas nosotros fuimos sanados.
B- El gozo de saber que Dios nos escoge a nosotros para seguir haciendo lo bueno que Él vino a hacer al mundo.
C- El gozo trae plenitud.
3- El Espíritu Santo quita el espíritu de angustia y nos da manto de alegría.
A- El manto de alegría se manifiesta en la alabanza y gratitud. Es un manto que trae renombre y éxito se da en una demostración pública de conquista.
B- La angustia se da cuando hay debilidad, oscuridad y cuando uno es derribado.
Conclusión:
El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo actúan en la vida de los que le reciben.
El Padre trae una mente con propósito que se refleja con autoridad.
El Hijo nos quita el temor a la muerte, nos da una vida sana y fructífera.
Por último el Espíritu nos quita toda debilidad para poder testificar a otros de sus maravillas.