La actitud que tomamos ante las circunstancias determina, en gran manera, nuestro desarrollo, crecimiento y los resultados que obtendremos, por eso la Palabra de Dios nos invita a tener un ánimo resuelto.
“Esforzaos y animaos; no temáis ni tengáis miedo del rey de asiria, ni de toda la multitud que con él viene; porque hay más con nosotros que con él”
2 Cr. 32, 7
La clave de la salvación es tener un ánimo resuelto.
Cambiar un mal ánimo traerá bendición a tu vida.
