Pablo escribiéndole a la iglesia de Éfeso en el capítulo 5 verso 22 en adelante, explica como debe ser la relación entre los esposos.
Brindando una serie de indicaciones que nos ayudan a entender perfectamente como debe funcionar un matrimonio.
A las esposas les dice, que deben estar sujetas a sus maridos como al Señor. La palabra sujetar o someterse, significa que la esposa debe sujetarse a la autoridad y guía de su esposo.
Y el ejemplo que Pablo les pone a las esposas, es que deben hacerlo así como la iglesia se somete a Cristo. Entendiendo que el marido es la cabeza de su esposa, así como Cristo es la cabeza de la iglesia.
Como es lógico, a las esposas siempre les costará mucho cumplir este principio, pues ellas lucharan con una serie de eventos que han acontecido en el pasado o en el presente que les impedirá confiar en el liderazgo de su esposo. A esto se le suma, las enseñanzas de un feminismo radical que los medios de comunicación se han encargado de propagar.
En el caso de los esposos, Pablo nos enseña que tenemos que amar a nuestras esposas, así como Cristo amó a la iglesia.
Pablo, aclara que la relación con nuestras esposas, debe estar basada en el amor y la santidad. Donde amamos a nuestras esposas así como amamos a nuestros cuerpos.
Pues el hombre dentro del matrimonio, luchará con su egoísmo, inmadurez y la inmoralidad sexual.
Solo con lo ayuda de nuestro Señor y una obediencia total a su palabra, podremos reflejar la imagen de Dios, complementarnos el uno al otro, experimentando un compañerismo único y de esta manera poder multiplicar la imagen de Dios en las próximas generaciones.
