¡Vaya día para acudir a la taberna de Nuffle!
Ha sido una semana intensita,
con todos los habituales ocupados en probar la beta cerrada del Blood Bowl 3.
Cómo no, ninguno se ha olvidado de traer sus importantes opiniones a la taberna para iluminar a sus contertulios.
En ese ambiente nos adentramos en la poblada taberna, raudos hacia la pizarra de Morg’N’Thorg.
Nos recibe con un sonoro rugido, y nosotros le hacemos un largo emoticono de saludo.
Nos pregunta qué tal la semana, y le hacemos la réplica con un bailecito sin música,
que se extiende durante varios segundos más de la cuenta.
El ogro está un poco perplejo, se le está poniendo cara de pocos amigos, y nosotros le intentamos tranquilizar con un largo emoticono que presenta ambigüedades.
Es un emoticono en el que mostramos nuestro pesar por la tardanza… ¿o es acaso una chanza dirigida a calentarle aún más?
Parece que Morg’N’Thorg lo entiende como una chanza, y enojado nos devuelve el sentido del habla con un potente porrazo encima de la mesa.
“¡Emoticonos ni hostias!”
Salimos de entre los escombros de madera y cristal y, ahora sí, intercambiamos con él nuestras impresiones sobre la beta cerrada del Blood Bowl 3.
Tras tan animada charla nos dirigimos a cerrar la noche al diván de Borak.
Esta vez vamos a debatir un poco qué aproximación nos gusta más a nosotros a la hora de fijar reglas para una liga.
¿Es mejor dejarlo todo claro y absolutamente cerrado desde el principio,
o es buena idea ser flexible e ir adaptando la competición a lo que vaya surgiendo?